Un total desperdicio de papel resultan las cartillas con fines educativos que algunas empresas utilizan para instruir a sus colaboradores. Demasiadas imágenes y poco texto, o el cliché de las caricaturas para públicos adultos son algunos de los errores más frecuentes en ese tipo de documentos.
Si bien deben ser didácticos y entretenidos, estos deben tener en cuenta la heterogeneidad de los públicos a quienes se dirigen, porque no a todos les molesta leer ni las caricaturas o dibujos animados son del agrado de todos. Aquí resumimos algunas falencias que se comenten al momento de realizar cartillas corporativas.
Darle una prelación excesiva a las imágenes, que suelen ser caricaturas, sin ofrecer una explicación acertada de lo que sifginifca. Quienes las elaboran suponen que todos las entenderán mediante inferencias, lo cual no ocurre. Precisamente se acude a los gráficos para facilitar los procesos de aprendizaje y comunicación, no para complicarlos más.
No utilizar textos de apoyo para las imágenes. Esto tiene un efecto contrario al propósito de las cartillas, y es que cada persona puede hacerse una opinión de lo que lee. Unas cuantas letras tendrán una función específica: guiar por una ruta específica.
Contar historias infantiles a públicos adultos. No todos quieren ver dibujos animados en documentos que ameritan seriedad. Para evitar esto, se tienen que comprender los públicos de la organización.
No elaborar un guion para el desarrollo de la cartilla. En Redacción Corporativa se sabe que algunos folletos y cartillas deben contar una historia, la cual apoya los valores y conocimientos de su organización. No hay que poner dibujitos simplemente porque se ven "bonitos" o "generan impacto" o escribir frases "porque suenan bien". Antes que el diseño, debe estar la planeación.
Evitar lo específico solo por querer impresionar. Algunas organizaciones requieren instrucciones directas en sus cartillas, no grandes obras de arte. Para eso se debe ser específico. La explicación de ciertos procesos invitan a ser puntual y sin adornos.
Utilizar el mismo formato de diseño. Ese es un error por cliché, por no innovar, por salir del paso. En la mente de sus colaboradores está inmersa la idea del "folletico aburrido ese" o "el cartón largo". En su empresa no quieren más ese folleto con forma triangular invertida. Utilice nuevos formatos, no tan grandes, pero sí que hagan referencia al contenido.
Pida una asesoría para el desarrollo de su cartilla corporativa y compruebe con Redarcol SAS la precisión de cada palabra.